En noviembre de 1920, el Dr. Fernando Ruíz desempeñaba el cargo de Jefe del Laboratorio del Hospital Muñiz y Prosector del Instituto de Anatomía y Fisiología Patológicas de Buenos Aires. Por ese tiempo, fue invitado por el Delegado Organizador de la Facultad de Ciencias Médicas del Litoral, Dr. Antonio Agudo Ávila, para crear, organizar y dirigir el Instituto de Anatomía Patológica y dictar la Cátedra respectiva en dicha Facultad. Aceptado el cargo, el contrato empezó a regir en enero de 1921. De esta manera, el profesor Dr. Fernando Ruíz fue el primer patólogo de Rosario, ocupó el cargo de profesor de la Cátedra y fue el jefe del servicio de patología del Hospital Nacional del Centenario. Asumido el cargo, el Dr. Ruíz reunió un grupo de jóvenes discípulos que llegaron después a ser un grupo de patólogos destacados, entre ellos estaba Juan Pedro Picena.
El Dr. Ruíz tenía una hermana, adolescente, con la cual vino desde Buenos Aires. Juana Martha, tal era su nombre, fue compañera del colegio secundario de una hermana menor del Dr. Picena. Entre ellos se forjó una gran amistad. Y es de hacer notar que el Dr. Ruíz, considerando que no tenía otros familiares en Rosario, almorzaba todos los domingos al mediodía en casa de los padres de Picena. Y se cuenta que La nona Picena cocinaba unos tallarines que llegaron a ser famosos.

El profesor Juan Picena era un hombre bajo, siempre bien peinado con gomina, con un ojo celeste y otro verde gris, siempre con un destello de ironía y buen humor.
Dinámico y con gran energía. Le decían cariñosamente “Don Pucho”. Fue asistente a la reunión en la que nació el Club Universitario y fue uno de los 46 firmantes de esa primera acta constitutiva de nuestra institución.
Mientras era estudiante fue técnico histólogo y docente de la Cátedra. Se recibió de médico en el año 1933 y viajó a Alemania en 1934, a la Universidad de Leipzig. El Dr. Picena era un eximio pianista convirtiéndose en el director de la orquesta sinfónica de los estudiantes de Leipzig. Volvió al país y trabajó como docente en la Cátedra. En los años 1939 y 1940 estuvo en Harvard. En 1952 estuvo en Guayaquil organizando un laboratorio de anatomía patológica de la lucha antituberculosa ecuatoriana. Volvió en
1954, ganó por concurso el cargo de profesor titular de anatomía patológica. Pero el dato que nos interesa es que era un gran pianista ya que, a comienzos del ´30, concretamente en la reunión de Comisión Directiva del 23 de Enero, el señor Juan Picena (aún no estaba recibido de médico) presenta el Canto Universitario, cuya música le pertenece y la letra estuvo a cargo de Antonio Arias Sanz. Según consta en el acta correspondiente, se resuelve expresar la viva simpatía con que es recibido este gesto, designando una fecha para oír la ejecución del mencionado Canto.